TEST DE INTOLERANCIA ALIMENTARIA

 

La intolerancia alimentaria es una reacción de rechazo que produce el organismo ante la ingesta de determinados componentes de los alimentos. Esta reacción inmunitaria se debe a alteraciones de la membrana intestinal, a través de la cual se absorben los componentes de los alimentos y puede provocar diversos sintomas tales como dolor abdominal, sarpullidos o dolor de cabeza, entre otros.

Por ello, es recomendable conocer a qué alimentos se es intolerante para limitar su consumo o eliminarlos temporalmente de la dieta y así poder mejorar nuestra salud y por tanto nuestra calidad de vida.

Entre el 20% y el 35% de la población padece intolerancia alimentaria crónica a determinados alimentos.

Este tipo de intolerancia afecta a cada persona de manera distinta, variando también la gravedad de los síntomas.

Además, puede desarrollarse en cualquier momento de nuestra vida, con independencia de los antecedentes familiares que tengamos.

El test de intolerancia alimentaria A200 evalúa la respuesta de nuestro sistema inmune frente a más de 200 alimentos habituales en la dieta mediterránea. De este modo, se puede determinar de manera individual, cuáles son los alimentos que se deben consumir y aquellos que es recomendable reducir, evitar o incluso eliminar de nuestra dieta de forma temporal.

Las condiciones clínicas que más frecuentemente se han relacionado con intolerancia alimentaria son:

1 - GASTROINTESTINALES
Dolores abdominales, síndrome del colon irritable, diarrea, hinchazón abdominal, etc.

2 - PSICOLÓGICOS
Hiperactividad (principalmente en niños), ansiedad, letargia, depresión, fatiga, etc.

3 - DERMATOLÓGICOS
Acné, eccema, picor, urticaria, etc.

4 - NEUROLÓGICOS
Migraña, vértigo, mareo, dolor de cabeza, etc.

5 - RESPIRATORIOS
Tos, bronquitis, asma, rinitis, dificultad respiratoria, etc.

6 - MÚSCULO-ESQUELÉTICOS
Dolor muscular, fibromialgia, rigidez, artritis, etc.

7 - OTROS
Retención de líquidos,.

El test de intolerancia alimentaria A200 puede dar respuesta a aquellas personas que presenten cualquiera de los síntomas mencionados con anterioridad, sin diagnóstico previo de la causa de los mismos y/o sin mejoría con los tratamientos médicos habituales.

La eliminación en la dieta de aquellos alimentos a los que se presenta intolerancia elevada proporciona una notable mejoría en un alto porcentaje de pacientes (aproximadamente en el 75%).