Asma: Educación para el autocontrol del tratamiento

 
¿Por qué es importante que el paciente con asma o sus cuidadores conozcan cómo y por qué se debe utilizar el tratamiento?
La educación sobre el tratamiento es un componente esencial para garantizar la eficacia del mismo en las enfermedades crónicas como el asma. Para  un manejo adecuado del asma es imprescindible la implicación del paciente para obtener el máximo beneficio del tratamiento. El paciente debe conocer cómo y por qué debe usar el tratamiento. Este asunto es crítico.

Los programas que incluyen educación sobre asma mejoran la eficacia del tratamiento. Enseñan al paciente a monitorizar su función pulmonar, proveen un plan de acción escrito e individualizado (como modificar el tratamiento en caso de exacerbación), e incluyen un seguimiento regular por parte de los servicios  médicos (evaluación de asma y revisión del tratamiento). Permiten reducir las hospitalizaciones, las visitas a urgencias, las visitas no programadas, los días de pérdida de trabajo, el asma nocturna, y en el plano positivo, mejorarla calidad de vida. En los niños y adolescentes también ayudan a reducir los días de absentismo escolar, días de actividad restringida y visitas a urgencias.

Componentes de los programas de educación sobre asma:

  1. Educación y conocimientos del asma.

  2. Adquisición de habilidades: monitorizar los síntomas de asma, monitorizar los valores con el medidor de pico-flujo.

  3. Revisiones médicas periódicas  para la evaluación del asma y la revisión del tratamiento.

  4. Plan de acción escrito individualizado: autocontrol, ajuste de medicación por el propio paciente en caso de exacerbación / empeoramiento de asma.

 

¿Qué aspectos es necesario conocer?
La educación, que se ha demostrado esencial, y los contenidos de la educación del paciente asmático comprenden:
  • Contenidos de conocimiento:
    1. Comprender la enfermedad (qué es el asma y los objetivos del tratamiento).
    2. Identificar los factores desencadenantes en cada caso (alergenos, contaminación, infecciones respiratorias, humo de tabaco, interrupción de tratamiento de fondo, esfuerzo físico).
    3. Conocer los medios de prevención de las crisis.
    4. Conocer los signos de gravedad de la crisis.
    5. Comprender las modalidades de tratamiento  y su papel (crisis y tratamiento de fondo).
    6. Diferenciar la inflamación de los bronquios del broncoespasmo.
    7. Conocer la seguridad de los corticoides.
    8. Conocer la ausencia de contraindicación absoluta para realizar ejercicio (salvo submarinismo).
  • Contenido de habilidades:
    1. Aprender las técnicas de inhalación y del medidor de  pico flujo.
    2. Aprender a respirar en situaciones como deporte, episodio de estrés...
  • Contenido de aptitudes, ser capaz de:
    1. Interpretar a los valores de FEM, a reconocer síntomas y cómo anotarlos.
    2. Adaptar el tratamiento según el plan de acción (en niños con o sin ayuda de su entorno).
    3. Solicitar ayuda de sus cuidadores según el grado de urgencia (médico, hospital ó 112).
    4. Adaptar el tratamiento en función de los riesgos del entorno personal y social (Ej. ejercicio, humo).
    5. Cuidar la enfermedad en armonía con sus actividades y proyectos .
    6. Reconocer el efecto nocivo del tabaco y solicitar ayuda para dejarlo.
    7. Desarrollar comportamientos de prevención de exacerbaciones de asma en situaciones de exposición a factores desencadenantes.
    8. Renunciar a la práctica de un deporte, un hobbie, o una actividad profesional poco compatible con el asma cuando se realiza en un medio expuesto a factores desencadenantes.
    9. Explicar a su entorno la enfermedad y la conducta a seguir en caso de crisis.
    10. Seleccionar información útil sobre su enfermedad (revistas, Internet).
    11. Realizar ejercicio físico en función de su tolerancia al esfuerzo.
Qué debe de poder monitorizar el paciente, de su enfermedad?
La monitorización de la enfermedad por el propio paciente puede permitir una detección  temprana de las exacerbaciones y su posible tratamiento, ya que la mayoría de las exacerbaciones no son agudas, en el sentido de que no tienen un inicio brusco. Es frecuente que se inicien síntomas y despertares nocturnos, así como caídas del FEM entre tres a siete días antes del ingreso hospitalario o la visita a urgencias. En algún estudio los síntomas se manifestaron por lo menos 21 días antes de la admisión en el hospital o en cuidados intensivos.

En adultos, la monitorización se puede realizar solo por medición de pico-flujo (FEM), o bien monitorizar el FEM y los síntomas. Los datos monitorizados se pueden registrar o no, según el paciente, en un diario.

La monitorización del pico-flujo puede realizarse midiendo el porcentaje del mejor valor personal de FEM, definiendo en cada paciente a partir de qué punto de corte debe de incrementar el tratamiento. La mayoría de los estudios realizan dos lecturas diarias del pico-flujo, por la mañana y por la noche.

 
¿Qué es un plan de acción?
Un plan de acción es un conjunto de instrucciones prescritas al paciente con asma para su uso en el manejo del deterioro y los síntomas de asma. Es personalizado en función  de la gravedad del asma, e informa al paciente sobre cómo y cuándo modificar la medicación y cuándo acudir al médico en respuesta a un empeoramiento de asma.

Un plan de acción idealmente debe contener 4 componentes:

  1. Cuándo aumentar el tratamiento (niveles).
  2. Cómo aumentar el tratamiento.
  3. Durante cuánto tiempo.
  4. Cuándo solicitar ayuda al médico.

Para garantizar el éxito de un plan de acción es fundamental hacer un correcto seguimiento de las recomendaciones y aprender a conocer los síntomas previos a la aparición de una crisis, superando la creencia errónea de que las crisis de asma son agudas y ocurren de repente.